Camara de Hipoxia
En el ámbito de la Actividad Física y a su vez dentro del deporte de alto rendimiento o actividades tan especifícas como montañismo o alpinismo en cotas altas, se considera como cámara de hipoxia a un sistema que de forma artificial permite generar un entorno hipóxico simulando altitud determinada.
La metodología de aclimatación para el deportista es dormir en ese entorno hipóxico, para aprovechar las horas de sueño aclimatarse a la altitud u obtener los beneficios derivados de su exposición, en lo que se ha dado en llamar "live high - train low" o "vivir arriba - entrenar abajo".
La utilización de la cámara de hipoxia dentro del proceso de entrenamiento se ha mostrado efectiva en la mejora del rendimiento físico en todas las actividades que tengan un componente aeróbico o de fondo.
La mejora del rendimiento derivada de la utilización de la hipoxia viene dada por:
- Un aumento en la producción endógena de eritropoyetina (EPO), que si se mantiene en el tiempo va a dar lugar a un aumento de los Valores Sanguíneos (por aumento de la producción de Glóbulos Rojos, Hemoglobina y Hematocrito), con lo que aumenta la capacidad de transporte de oxígeno de la sangre y con ello mejora el Consumo Máximo de Oxígeno y la Resistencia.
- Un aumento del número de capilares (vasos sanguíneos de pequeño calibre) a nivel de la musculatura activa, con lo que mejora el transporte de oxígeno y aumenta su utilización.
- Un aumento de los sistemas enzimáticos, que en el interior de las mitocondrias van a producir energía por vía aeróbica, con lo que mejora la eficiencia en la utilización del oxígeno y aumenta la formación de energía.
- Una mejora en el transporte de sustratos energéticos, principalmente glucosa, con lo que aumenta la posibilidad de metabolizarla y mantener un alto flujo energético que permita el mantenimiento prolongado de altas intensidades de ejercicio.
El avance tecnológico que se está produciendo en los procesos de separación del oxígeno para conseguir aire hipóxico, está dando lugar a un gran desarrollo en el uso y conocimiento del entrenamiento hipóxico como parte integrada en el proceso de mejora del rendimiento.
Habitualmente se denomina hipoxia a la disminución de la concentración de oxígeno tomando como referencia el contenido de oxígeno del aire a nivel del mar. Si pretendiera ser totalmente estricto con las definiciones, no debería hablar de variaciones en las concentraciones de oxígeno con la altitud sino de variaciones de la presión parcial de oxígeno, pero dado que no pretendo ser científicamente correcto sino que la población general comprenda lo que quiero transmitir, hablaré de cambios en la concentración de oxígeno con la altitud.
A pesar de que también se generan situaciones de hipoxia en enfermos respiratorios (problemas bronquiales o pulmonares) que pueden dar lugar a respuestas hematológicas, nos vamos a limitar a la influencia de los cambios en la concentración de oxígeno del aire (debido a la altitud o a la hipoxia artificial) y más específicamente a los cambios en los parámetros hematológicos.
La hipoxia supone un importante estímulo para el organismo, ya que la disminución del oxígeno del aire que respiramos va a dar lugar en primer lugar a una disminución en el transporte de oxígeno a través de la sangre. Esta disminución del transporte de oxígeno a través de la sangre puede ser objetivada mediante la medición de la saturación arterial de oxígeno, para lo que es habitual la utilización de pulsioxímetros. La disminución del transporte de oxígeno va a dar lugar a un aumento del Factor Inducible por la Hipoxia (HIF) que va a ser en realidad quien estimule toda una batería de cambios a nivel hormonal, enzimático, de transportadores,... Entre esta batería de cambios ligados al aumento de HIF se encuentra también la estimulación de la producción de Eritropoyetina (EPO), que entre otras funcionalidades, da lugar a un aumento en la formación de Hemoglobina y con ello una mejora en el transporte de oxígeno.
Por tanto existe una cadena lógica desde el punto de vista fisiológico que explica la mejora de los parámetros hematológicos como una respuesta y adaptación al estímulo hipóxico, de forma que ante una disminución del contenido de oxígeno de la sangre el organismo responde con un aumento de hematíes, hemoglobina y hematocrito, con lo que mejora su capacidad de transporte de oxígeno compensando o intentando compensar de esta manera la disminución inicial derivada de la hipoxia.
Y hay que decir que el organismo no es capaz de saber si la disminución de la saturación arterial de oxígeno es debido a un problema pulmonar, o es debido a que la persona se encuentra en altitud, o que es debido a que respira aire empobrecido en oxígeno a propósito (hipoxia artificial); el organismo capta la disminución de la saturación arterial de oxígeno, pero no las causas que generan dicha disminución. Y una de las respuestas del organismo ante la disminución de la saturación arterial de oxígeno es el aumento de Eritropoyetina (EPO) y caso de mantenerse el estímulo el tiempo suficiente, se produce un aumento de los parámetros hematológicos.
A pesar de la lógica fisiológica que relaciona la exposición a la hipoxia con el aumento de los parámetros hemáticos, hay personas y colectivos que no dan demasiada credibilidad a que el estímulo hipóxico pueda traer consigo un aumento de los valores sanguíneos. Imagino que dicha incredulidad puede venir derivada de la gran variabilidad de resultados obtenidos en los diferentes estudios que correlacionan hipoxia y hematología realizados y entre ellos hay algunos publicados en revistas científicas en las que la realización de hipoxia artificial no se traduce en un aumento de los parámetros hemáticos. Existen bastantes estudios similares, en los que entre las conclusiones los autores dicen algo así como: "la realización de 4 semanas de hipoxia intermitente no ha traido consigo cambios significativos en los parámetros hematológicos". Y como tendemos a generalizar, la lectura de esa frase nos lleva a pensar que la hipoxia artificial no trae consigo cambios hematológicos, a pesar de que los autores de los estudios han acotado la realización de hipoxia a unas condiciones determinadas (intensidad de la hipoxia, tiempo de exposición,...).
Sin embargo, yo creo firmemente en la mejora de los valores hematológicos con la hipoxia artificial, siempre que el estímulo hipóxico tenga una progresión, intensidad y duración suficientes. Eso sí, la mejora va a ser limitada y como valores medios podríamos estar hablando de que se podrían llegar a alcanzar mejoras de entre un 4 y 6%. Un porcentaje del 5% es algo que no tiene mucha significación en el rendimiento físico de la población general, pero en un deportista de alto nivel una mejora de este calibre es sencillamente, impresionante.
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